La propuesta de valor que se impone en un mundo sin tiempo es la simplicidad.
No se puede crear una imagen sin un contenido sincero, basado en una creencia profunda.
Quito, Ecuador
Las personas deberían creer, sentir y pensar. ¡en ese orden!
Las generaciones del futuro serán más valientes y competitivas, pero con menos sueños.
Generar una experiencia va a ser importante; pero aún más, tener una solución “one stop”.
Los canales de venta automatizados son una realidad, incluso en la venta minorista.
“La rebeldía de querer ir contra- corriente se llama genialidad”
La incoherencia de vida y empresarial es el demonio a vencer. Las armas: lucha y ejemplo
“LA TRASCENDENCIA EMPRESARIAL ESTÁ EN PELIGRO, DEBIDO AL SENTIDO DE INMEDIATEZ DE LA GENERACIÓN ACTUAL”
“Antes de pensar en transformación digital, inteligencia artificial y automatización, hay que tener la intención de modelar el futuro; entender que es simplicidad, experiencia y conveniencia…”
“Estoy cansado de los Jinetes de la Apocalipsis empresarial. Si no van a vivir por la estrategia, que se hagan a un lado”
La mayoría de personas reaccionan. Pocos son los que crean el futuro a pesar de todos los problemas e incertidumbres. Estos se llaman Líderes
“El verdadero liderazgo: creencia profunda + irreverencia +apoderarse del futuro”
“Haz en la organización lo que tengas que hacer; pero también diseña lo que la empresa debería ser. Así se convertirá en lo que quieres que sea… o al menos en lo que necesitas”
No todo el mundo tiene el coraje para tomar decisiones o bien hacer elecciones. En estrategia un “desliz” sería solamente pensar en el corto plazo, en el “año fiscal”…
“La creencia profunda mueve a la estrategia. No hay resultados sin un impulsor potente como lo valores; ganar dinero es sólo una consecuencia…”
“Eric regresa del más allá para vengarse de los asesinos de Shelly, su novia. La película EL CUERVO de James O´Barr se convirtió en una historia de culto porque tiene una creencia profunda: el amor vence incluso a la muerte. ¡El amor verdadero es para siempre!
El elemento para la trascendencia humana que propone la white economy (que podría darse por sobreentendido), se
convierte muchas veces en el eslabón más débil de la gestión estratégica de las organizaciones.
El concepto central de la orange economy (economía naranja) es la transformación. Esa mutación o cambio debería ser, desde nuestra óptica, más radical o disruptiva rompiendo el status quo o la sabiduría convencional.
Transformar una idea siguiendo una metodología para conseguir como resultado un bien o servicio cultural cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual1 , no es tarea fácil. En primer lugar, el resultado debe generar un beneficio, sea este a manera de rentabilidad o superávit y luego, para obtener el resultado ejecutar una serie de etapas conectadas entre sí. Es decir, el proceso es ordenado con picos y valles de discusión creativa, incluyendo siempre una estrategia de por medio. Este es el primer gran obstáculo del diseño estratégico: no se tiene claro cómo llegar desde una idea etérea y emocional a un producto creativo que genere valor incremental en un mercado y que además sea rentable.
El challenge thinking es un ciclo o bucle creativo interesante2 . Parte de información que se conecta para convertirse en conocimiento, pero su punto central está basado en un desafío y una creencia profunda. El desafío no es otra cosa más que solucionar problemas y aprovechar oportunidades de mejor manera. Lo interesante es que problemas y oportunidades se tienen que descubrir para un contexto que todavía no ha sido creado. Se trata entonces de diseñar el futuro, y a las personas no nos gusta…
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“En estrategia el futuro NO es la continuación del pasado. La situación presente de la organización, muchas veces es irrelevante”
“Destruye, crea, vuelve a destruir y re-inventa. En el camino rompe siempre tus convencionalismos empresariales…”
“La estrategia comienza por una cultura empresarial fuerte, sigue por el diseño de un modelo de negocio, y termina en la ejecución de proyectos conectados”
“Personas para la estrategia: capacidad de ver el futuro + coraje + velocidad para diseñar + conectar con otros para implemetar”
En una sociedad que ha relativizado sus valores más arraigados, cualquier modelo de negocio de ayuda social podría generar dudas de si realmente aporta de manera desinteresada a las personas vulnerables o, simplemente, es una plataforma para lograr mayores ventas y rentabilidad para los accionistas. Toms shoes no parece ser una casualidad, sino una empresa que nació con un impulso emocional fuerte y con un diseño de estrategia que se ha ido consolidando en el tiempo.
El inicio de la empresa: la importancia de darse cuenta En 2006, Blake Mycoskie viajó a Argentina para aprender a jugar polo, una actividad donde dos equipos, montados a caballo, intentan llevar una pelota a la portería rival por medio de un mazo. En ese viaje, Blake conoció a una mujer que lo llevó a vivir una experiencia que cambió su vida.
Visitó a dos hermanos de 10 y 12 años, que por su situación de pobreza compartían un par de zapatos de talla para adulto. Como consecuencia de ese evento, Blake fundó la start-up TOMS (abreviación de Tomorrow’s Shoes) con una variante más fashion de la alpargata, apoyándose en el concepto “compre un par de zapatos y TOMS donará otro”…
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Todo lo que te preocupa ahora como empresa, cabe dentro del diseño de una estrategia futura”
(Inspirado en un pensamiento de san Josemaría Escrivá de Balaguer)