“Ahora, el problema es que, en calidad de gerentes o ejecutivos, nuestras obligaciones de supervisión y guía administrativa trascienden nuestro ámbito personal y el de nuestra familia. Y el hecho es que en estos años, algunos líderes empresariales han eludido alegremente tales responsabilidades. Y por eso en muchos países, los ejecutivos ocupan los últimos puestos en índice de confianza”. (Gary Hamel)
A muchos gerentes (o jefes!) se los ve lejanos de los deseos de sus clientes. Parecería ser que el mundo empresarial se ha convertido en un gran desfile de modas o un “reality show”, donde los ejecutivos se pelean por el primer lugar en el rating televisivo o en aparecer en todos los medios de comunicación. Se asemeja a un concurso escolar de popularidad sin nada de condumio o de principios que agreguen valor.
Entonces habría que preguntarse: ¿acaso yo si soy un verdadero guía, un verdadero conductor?