En una sociedad que ha relativizado sus valores más arraigados, cualquier modelo de negocio de ayuda social podría generar dudas de si realmente aporta de manera desinteresada a las personas vulnerables o, simplemente, es una plataforma para lograr mayores ventas y rentabilidad para los accionistas. Toms shoes no parece ser una casualidad, sino una empresa que nació con un impulso emocional fuerte y con un diseño de estrategia que se ha ido consolidando en el tiempo.
El inicio de la empresa: la importancia de darse cuenta En 2006, Blake Mycoskie viajó a Argentina para aprender a jugar polo, una actividad donde dos equipos, montados a caballo, intentan llevar una pelota a la portería rival por medio de un mazo. En ese viaje, Blake conoció a una mujer que lo llevó a vivir una experiencia que cambió su vida.
Visitó a dos hermanos de 10 y 12 años, que por su situación de pobreza compartían un par de zapatos de talla para adulto. Como consecuencia de ese evento, Blake fundó la start-up TOMS (abreviación de Tomorrow’s Shoes) con una variante más fashion de la alpargata, apoyándose en el concepto “compre un par de zapatos y TOMS donará otro”…
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